ISAIAS 43:1

Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.

Nuestros padres terrenales nos han puesto un nombre de nacimiento; hay algunos que no les gusta su nombre, pero es el nombre que nos dieron. Legalmente la persona se puede cambiar el nombre, pero espiritualmente el Señor nos cambia el nombre.

Abraham inicialmente era Abram, pero Dios le cambio el nombre para que fuera de acuerdo con el propósito de ser llamado padre de muchedumbre.

A Jacob también le cambiaron el nombre a Israel. Jacob quiere decir el engañador o burlador, pero Dios le tuvo que cambiar el nombre para llevar a cabo el plan de establecer una nación llamada Israel.

A Pedro también le cambiaron el nombre; de Simon a Pedro que quiere decir piedra. Jesus tenía que establecer a Pedro como pilar de la iglesia, y llevar a cabo el plan de Dios.

Hoy en día Dios no nos cambia el nombre físicamente, sino lo que hace nos cambia la mentalidad, para poder creer que somos hijos de Dios, y poder entender que ya no somos le que éramos antes.  Pidámosle a Dios que nos cambie el nombre.